lunes, 26 de marzo de 2018

¿Qué pasa con la escuela TIC?

Nos acercamos a la década de los "años Veinte" del siglo XXI, hace tiempo que se pontificó que vivimos en la era digital, en la sociedad de la información, pero... ¿qué pasa con la escuela TIC? ¿ha adoptado todos esos paradigmas que establecen para el resto del mundo más allá de la puerta del Colegio? ¿Estamos ante la paradoja de que, pese a ser la escuela el espacio de entrenamiento para los adultos del mañana, las aulas son el último reducto que se niega a rendirse, como si de una guerra se tratara, a la digitalización que ya impera en cualquier otro ámbito de la sociedad?
Quizás la realidad no sea tan extrema y, con sus luces y sus sombras, la escuela se adapta, a pesar de las enormes dificultades, al mundo digital. Pero, ¿cuáles son esas enormes dificultades? En mi opinión, un enfoque inadecuado del papel que deben jugar las tecnologías en la educación. Con esto quiero decir que en no pocos casos se han entendido como un fin en sí mismas y no como un medio para alcanzar una mejora en la calidad de la educación, que debería ser el fin. Lo cierto es que la relación de la escuela con las TIC ha tenido siempre un punto de esquizofrenia. De un lado, las TIC entraban en los centros escolares escondidas en los bolsillos de los alumnos, en forma de teléfonos móviles. Y eso era poco menos que el demonio. Hasta hace muy muy poco tiempo, los Centros escolares únicamente pensaban en las TIC a la hora de idear como sancionar el uso de dispositivos móviles en los Centros (ojo, no estoy diciendo con esto que esté a favor de permitir el uso del móvil en la escuela sin ninguna restricción). Además, las faltas contra las normas de convivencia se producen cada vez en mayor medida en el contexto de las redes sociales. Por otro lado, se empezaba a profetizar que la introducción de las TIC sería la panacea, la solución a todos los problemas educativos (atención a la diversidad, motivación del alumnado, etc.). Por desgracia, esta visión distópica-utópica ha marcado el devenir de la introducción de las TIC en la escuela, caracterizado por una pérdida del sentido de la realidad.
Un ejemplo de esto: el Programa Escuela TIC 2.0 de la Comunidad Autónoma en la que resido: Andalucía. Hace ya varios años se dotó de un ordenador portátil por cada alumno de los últimos cursos de Primaria. Sin contar con la formación del profesorado, sin contar con las infraestructuras de los centros, sin prever su mantenimiento en el tiempo,... Para evaluar el impacto de dicho programa habría que añadir el coste de oportunidad, la sensación que dejó en el profesorado de despreocupación por esos portátiles de carcasa verde que como una marea, llegaron, estuvieron un tiempo, y poco a poco fueron desapareciendo.


¿Qué cosas debemos aprender para lograr una auténtica integración de las TIC en el aula? En primer lugar, tener claro lo dicho más arriba, que las tecnologías son un medio, y que si no aportan valor al proceso de enseñanza-aprendizaje, son superfluas. A partir de ahí, empezar a trabajar con dos aspectos clave: la formación del profesorado y la infraestructura del Centro.

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