La evaluación es a la educación como la reina al juego del ajedrez. Es la pieza más valiosa (salvo el rey), la que permite mayor versatilidad y la que tiene más fuerza para inclinar la balanza hacia el lado del éxito. Y a pesar de todo ello la evaluación es, de todos los elementos del curriculum, la pieza sobre la que hay más resistencia a la hora de introducir cambios en la escuela.
Es tal la sensación de seguridad que nos transmite emitir una calificación numérica, que en no pocos casos se produce una identificación entre calificación y evaluación. Por otro lado, las percepciones y creencias que tienen las familias sobre el proceso evaluador, derivado de sus experiencias de escolares, hace en algunos casos difícil explicar que, más que un punto final y una puntuación, la evaluación es siempre un punto de arranque (incluso la sumativa).
En este sentido, y acorde con metodologías activas (aprendizaje por competencias, aprendizaje cooperativo, aprendizaje basado en problemas,...), se hace necesario introducir instrumentos de evaluación que, junto con el examen tradicional, nos ofrezcan soluciones más completas en el difícil arte de jugar esta valiosísima pieza.
Una de esas aparentemente nuevas herramientas de evaluación son los e-portfolios, entendido como el conjunto de evidencias de aprendizaje presentado sobre soporte digital (productos, escritos, herramientas, etc.). Dicha idea de recopilar el historial de aprendizaje del alumno solo es nueva en apariencia, pues en la etapa de Educación Infantil es una forma tradicional de trabajar. Al terminar el trimestre, los alumnos llevan a casa las fichas y trabajos que la maestra ha ido pacientemente archivando en carpetas personales, para evidenciar los progresos experimentados mostrándolos a padres, abuelos,... con la satisfacción por el trabajo bien hecho que tan bien saben exteriorizar los niños a estas edades.
La gran ventaja, en mi opinión, del portfolio es la visión general, en perspectiva, que nos ofrece sobre el progreso, frente a visiones más parciales o concretas de exámenes, controles,.. En definitiva, una visión integrada de producto y proceso.
Si atendemos a la oferta actual de herramientas que nos permiten elaborar e-portfolios, observamos una gama amplia de recursos, incluidos dentro de la categoría genérica de "blogging" (wordpress, blogger, tumblr,..) que poseen la gran virtud de su carácter social.
En Etapas para construir un e-portfolio, Jordi Martí nos plantea los siguientes pasos:
1. Establecer un propósito: ¿qué queremos mostrar y a quién? ¿qué diseño queremos establecer?
2. Plantear los contenidos, su selección y clasificación.
3. Hacer una reflexión consciente sobre de los contenidos añadidos.
4. Interacción. Esta es una de las grandes ventajas de utilizar herramientas de blogging. El diálogo enriquecerá la reflexión y permitirá la mejora del aprendizaje.
Si atendemos a la oferta actual de herramientas que nos permiten elaborar e-portfolios, observamos una gama amplia de recursos, incluidos dentro de la categoría genérica de "blogging" (wordpress, blogger, tumblr,..) que poseen la gran virtud de su carácter social.
En Etapas para construir un e-portfolio, Jordi Martí nos plantea los siguientes pasos:
1. Establecer un propósito: ¿qué queremos mostrar y a quién? ¿qué diseño queremos establecer?
2. Plantear los contenidos, su selección y clasificación.
3. Hacer una reflexión consciente sobre de los contenidos añadidos.
4. Interacción. Esta es una de las grandes ventajas de utilizar herramientas de blogging. El diálogo enriquecerá la reflexión y permitirá la mejora del aprendizaje.
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