miércoles, 21 de octubre de 2015

¿Estamos preparados para educar en el uso de las TIC?

Con esa pregunta se abre el MOOC "Seguridad TIC y menores de edad para educadores" puesto en marcha por Red.es desde hace unas semanas. Y mi respuesta ha la pregunta no es muy optimista. En mi experiencia docente, veo cada vez más conflictos generados en la red. Ya cada vez hay menos peleas físicas, pero eso no es lo mismo que decir que no haya problemas de convivencia.
Y bien, podríamos decir que la existencia de conflictos es algo consustancial a la infancia y adolescencia, que siempre los ha habido y que eso no es algo nuevo. En efecto. Pero lo que me resulta llamativo en la gran mayoría de estos casos es la reacción de los adultos (la falta de reacción, quiero decir). En muchas ocasiones, las familias (y también buena parte del profesorado) es ajena a lo que ocurre en la red o su intervención se ve dificultada de inicio por las dificultades para bucear en esas aguas.

La paradoja es que dotamos a esos adolescentes, o preadolescentes incluso, de una tecnología sofisticadísima (la tecnología que contiene un teléfono móvil en la actualidad es más avanzada que la que permitió al hombre llegar a la Luna), que les acompaña a todas partes durante las veinticuatro horas del día de los siete días de la semana, y ahí mismo, en el mismo acto de entregarles el móvil, o la tablet, o el dispositivo que sea, termina la responsabilidad como adultos educadores.
¿Cómo se justifica esa falta de responsabilidad? Pues desde hace tiempo, los medios de comunicación suministraron la excusa perfecta para hacer tal dejación de obligación: acuñaron el término "nativos digitales". Según este lugar común, las generaciones nacidas de unos años hacia acá son "nativos digitales", han nacido con la competencia digital innata, y por tanto, es inútil pretender enseñarles nada relacionado con las nuevas tecnologías, a la par que innecesario.
Eso sí, cuando llega el conflicto, y el conflicto llega tarde o temprano, todo se atribuye a la "maldad intrínseca" de las tecnologías.
Pues no, la tecnología no es buena ni mala, todo depende de a qué fines se dirija. Y nuestros hijos no son "nativos digitales", sino más bien "huérfanos digitales", que han tenido la desgracia de carecer de un referente educativo en muchos de los dilemas a los que se enfrentan cuando fijan su mirada sobre la pantalla de su smartphone.
Por todo ello, me parece muy oportuno este MOOC, tanto para docentes como para padres. No podemos seguir manteniendo la irresponsabilidad de no educar, ni la solución pasa por limitar el acceso a la tecnología. Más bien, el camino correcto pasa por empezar a familiarizarnos con un mundo al que conscientemente no hemos querido entrar.

domingo, 4 de octubre de 2015

Como introducir la programación y la robótica educativa en todas las materias

El título de este post es el nombre de un MOOC del INTEF que comenzó esta semana y que me he propuesto seguir.

mooc.educalab.es

La cuestión que nos plantea este curso, y que suscita el interés de un profesor de Ciencias Sociales, es: "¿Existe la necesidad de implementar un Plan de Pensamiento Computacional en las Aulas?" De esta cuestión clave se derivan una serie de cuestiones o dilemas, a los que todo aquel que se tome en serio el mundo de la educación a comienzos del siglo XXI debe enfrentarse. Abordar estas cuestiones derivadas nos ayudará a dar una respuesta a esta pregunta principal.
La primera de esas cuestiones derivadas de la principal es: "¿No son nuestros alumnos nativos digitales? ¿Para qué perder el tiempo (siempre limitado) en estas cuestiones, en lugar de reforzar otros elementos del curriculum educativo? La respuesta a esta cuestión es que está mal planteada. Nuestros alumnos no son nativos digitales, sino más bien huérfanos digitales, esto es, los responsables de su formación, padres y docentes, no poseen por lo general la suficiente competencia digital y tecnológica para asumir la necesaria formación en estos aspectos. Esto ha sido así en los últimos años. De los actores implicados depende que empiecen a cambiar las tornas, y de ahí la relevancia de este curso.

Otra cuestión que se plantea de forma implícita o explícita: "¿No es este un asunto que atañe solo a ciertas materias, como Tecnología o Matemáticas?" Si uno se detiene a comparar detenidamente la estructura del sistema educativo con la estructura del mercado laboral actual, la conclusión que sacará es que el primero ha quedado encapsulado en otro tiempo. El sistema educativo tiene una estructura autoreferenciada, sirve para resolver problemas que crea el propio sistema educativo, pero cada vez atiende menos a las necesidades del mundo más allá de las paredes de la escuela. La división deciminónica entre Ciencias Sociales y Ciencias de la Naturaleza, que sigue impregnando al actual sistema educativo, no tiene ninguna razón de ser, encorseta al curriculum de tal forma que ciertos elementos, que son más bien metodológicos, se pretenden meter con calzador en el saco de alguna materia concreta.
El pensamiento computacional, entendido como una forma analítica de intentar resolver los problemas, es algo que atañe a todas las materias, porque la índole de los problemas a resolver puede ser de cualquier tipo: un problema geográfico, un problema matemático, un problema de comunicación lingüística,...

Siguiente cuestión: "La introducción de estos contenidos como algo transversal, no desvirtúa la razón de ser de la educación, esto es, la humanización? ¿No está la robótica deshumanizando la que es la tarea más humana, más propia de nuestra especie? Vivimos en un mundo tecnológico. Soy padre, y mis hijos tienen una edad en la que empiezan a interactuar con dispositivos electrónicos. Cuando pienso en ellos y trato de imaginarme como será el futuro de mis hijos, me imagino dos escenarios diferentes: uno, que no deseo, en el que se han convertido en tecnodependientes, enganchados a unos dispositivos que no controlan, vulnerables a las amenazas de otras personas que sí saben controlar esa tecnología y que utilizan con fines poco éticos, y otro, que deseo fervientemente, en el que los dispositivos tecnológicos a su alrededor son medios que utilizan para proporcionarles bienestar sin dañar a otros. ¿Son suposiciones mías o estamos entrando en el terrenos de la Ética?

Por todo lo anterior, la respuesta a la cuestión inicial, es un Sí rotundo. Es necesario abordar la introducción del pensamiento computacional de forma transversal y como una prioridad en nuestro sistema educativo.